-¿Y si huímos?
-Estás loco, ¿verdad?
-Lo digo en serio. Escapemos.
-¿A dónde quieres que vayamos? No tenemos dinero.
-¿Y qué importa el dinero?
Ella le mira y sus labios dibujan una sonrisa. Adora esa faceta de él. Esas locuras que se le ocurren.
-Estás loco - repite, y se deja besar.
-Cásate conmigo - susurra él.
-¡Tenemos 16 años! - exclama ella, riendo.
-¿Eso es un no?
-No.
Se quedan en silencio.
-Un día - dice él - construiré una gran casa. Tendrá un patio enorme, para que tengas ese caballo que siempre has querido. Y muchos perros. Tendrá un altillo, donde podrás echarte a leer sin que nadie te moleste. Y grandes ventanas, para que podamos ver a nuestros hijos jugar tranquilos desde el interior de la casa. Mientras estemos allí, nada malo podrá pasar. Estaremos juntos para siempre.
-¿Lo prometes?
-Lo prometo.