Se miraron a través de aquel sucio cristal. Allí apoyó ella su mano, simulando una caricia, como si nada los separara, como si la estación, el tren y el resto de bulliciosos pasajeros no existieran.
Una lágrima rodó por su mejilla y observó los labios de su amado, que intentaban decirle algo a través del barullo.
-No te entiendo.
Frunció el ceño, disgustada, y apoyó la frente sobre el vidrio.
-Te voy a echar de menos - murmuró - No sabes cuanto. Pero te prometo que nos veremos cada día, en cuanto el sol se esconda y cerremos los ojos, nieve o truene. Te juro que iré a verte donde sea que estés.
No le importó que él no pudiera escucharla. Sabía que podría entenderla. La sirena del tren sonó con fuerza, y la gran máquina se puso en marcha. La muchacha se guardó la tristeza y consiguió esbozar una sonrisa de infinita ternura. Los dos se miraron por última vez y ella consiguió leerle los labios, que se movieron para formar un sencillo "te amo".
csm la wea triste y bonita wn *confusión de sentimientos*
ResponderEliminarSí, no? jajaja
EliminarEs muy lindo, me hace pensar en el fenómeno de los "amores de bondi". Todo el camino intercambiás miradas secretas (por decirlo de alguna forma) con la otra persona, pero no se cruza una sola palabra. Aún así te entendés, y te decís lo que quieras con ella (en el caso de otrxs puede ser "él", jaja).
ResponderEliminarQué loco, como una mirada puede decir tantas cosas. Y cuando llega el momento, no te querés bajar, pero sabés que la vida es así, el amor es así... efímero, secreto, de pocas o nulas palabras. Sin embargo, existe.
Simplemente me encanta...cuando amas tanto a alguien no importa la barrera que os separe, de igual modo puedes entender a la otra persona porque forma parte de tu ser. Incluso con una mirada puedes saber que está pensando. Para mí, eso es el amor de verdad.
ResponderEliminar¡¡Un beso!!